En ocasiones puede resultar difícil saber si un gato está enfermo. Para toda que conviva con un gato, resulta imprescindible conocer una serie de pistas que nos ayudarán a saber esta circunstancia. Veámoslas:
- Cambios en el apetito o sed: Si tu gato deja de comer, bebe mucha más agua de lo habitual o, por el contrario, apenas toma agua, puede ser un signo de enfermedad.
- Pérdida o aumento de peso inexplicable: Una pérdida significativa de peso en un corto período o un aumento repentino sin cambios en la dieta puede indicar problemas de salud, como enfermedades metabólicas o digestivas.
- Cambios en la actividad o comportamiento: Si el gato se muestra letárgico, más irritable o, por el contrario, hiperactivo sin motivo aparente, esto puede ser un síntoma de malestar físico.
- Problemas con el pelaje o piel: Un pelaje opaco, enredado, con parches sin pelo o excesivo rascado pueden ser indicios de problemas dermatológicos, alergias o enfermedades subyacentes.
- Problemas respiratorios o digestivos: Estornudos frecuentes, tos, dificultades para respirar, vómitos o diarrea persistente son señales claras de que algo no está bien.
- Cambios en la caja de arena: Si el gato orina o defeca con mayor frecuencia, muestra esfuerzo al hacerlo, o hay presencia de sangre, es crucial llevarlo al veterinario de inmediato.
Si notas alguna de estas señales, lo mejor es consultar con un veterinario para una evaluación adecuada. No lo dudes.
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