Volvemos, nuevamente, con un nuevo blog. Esta vez sobre una actividad que les encanta a los mininos. Se trata del sueño.
Si alguna vez has convivido con un gato, seguro que has tenido la sospecha de que está llevando una vida secreta como tester profesional de camas o especialista en sueño profundo. Y no estás tan lejos de la verdad. El sueño es una parte esencial en la vida de los gatos domésticos, tanto que podríamos decir que su verdadero talento no es cazar ratones, sino dormir con estilo.
Los gatos pueden dormir entre 12 y 16 horas al día, y no porque sean perezosos (aunque lo parezca), sino porque, en la naturaleza, los felinos necesitan conservar energía para cazar. Aunque tu gato doméstico no necesite atrapar su cena, su instinto ancestral le dice que siempre es mejor estar bien descansado... por si acaso aparece un ratón de peluche al que atacar.
Pero no todo es sueño profundo. Los gatos tienen ciclos de sueño muy similares a los humanos, alternando entre sueño ligero y REM (Movimiento Rápido de los Ojos). Durante este último es cuando puedes ver sus patitas moverse o incluso escuchar pequeños maullidos: están soñando. ¿Qué sueñan los gatos? Tal vez con un buffet interminable de atún o con ese rayo de sol perfecto que siempre parece escaparles.
Sus lugares favoritos para dormir son todo un estudio de excentricidad felina. Aunque inviertas una fortuna en la cama más cómoda del mercado, es probable que tu gato prefiera la caja en la que vino empaquetada. Les encanta dormir en sitios elevados, como estantes o respaldos de sofá, porque les da una sensación de seguridad y dominio de su territorio. Y, por supuesto, no pueden resistirse a esos rayos de sol que convierten cualquier rincón de la casa en su trono personal.
Cuidar el sueño de tu gato implica entender y respetar sus hábitos. Procura colocar camas o mantas cómodas en sus lugares preferidos. Si tienes más de un gato, asegúrate de que haya suficientes espacios para todos; los gatos no son grandes fans de compartir a la fuerza. Además, evita molestarlos mientras duermen, por mucho que te tiente acariciar esa barriguita tan suave. Un gato interrumpido en su sueño puede mirarte con una combinación de decepción y juicio que te hará replantearte tus decisiones de vida.
Por otro lado, presta atención si notas cambios en sus hábitos de sueño. Si tu gato está más inactivo de lo normal o, por el contrario, parece tener problemas para relajarse, podría ser un síntoma de algún problema de salud. En ese caso, consulta con el veterinario. Pero no te alarmes si simplemente parece dormir más cuando llueve o hace frío; ellos saben que la vida es mejor bajo una manta.
En resumen, el sueño de los gatos no es solo una cuestión de comodidad, sino de supervivencia (o eso dicen ellos). Así que la próxima vez que veas a tu gato hecho un ovillo en la cama, recuerda: no está siendo perezoso, está cumpliendo con su misión ancestral. Y tú, humano, deberías tomar nota: dormir tus 7h-9h diarias deberías de ser obligatorio.
¡Felices sueños!
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