¿Cuántas veces hemos oído aquello de "los gatos son ariscos", "los gatos son traicioneros", "se portan peor que los perros", "son malos por naturaleza"? Normalmente esas palabras son de personas que no han convivido con un gato o que en alguna ocasión han tenido una mala experiencia con ellos y lo generalizan de forma injusta.
Detrás de esos desagradables incidentes seguro que hay una ignorancia por parte del humano en saber leer el lenguaje felino, y concretamente, el de cualquier gato, sea doméstico o callejero. Se ha escrito mucho acerca de su comportamiento, pero su cola nos da muchas pistas de su estado emocional.
Vamos a analizarlo en este post de manera sencilla. Comenzamos:
- Si la cola está erguida hacia arriba con la punta ligeramente ladeada significa que está feliz y contento. No hay problema en acercarse a él y acariciarlo de forma suave y amistosa.
- Si la cola está erguida y tremendamente erizada..."Houston, ¡tenemos un problema!". Esto denota enfado y miedo a la vez. En estos momentos es mejor alejarse y dejar al gato en paz. Nada de contacto físico. Nos damos la vuelta y a otra cosa.
- Si estando sentado sobre sus patas traseras mueve la cola de un lado a otro de forma brusca y rápida, es señal de que algo no le está gustando y está próximo a iniciarse una guerra mundial. Lo mismo que en el punto anterior, nos damos la vuelta y a otra cosa. Le dejamos su espacio.
- Si estando sentado sobre sus patas traseras mueve la punta de la cola de forma suave implica que está pensativo. Aquí también es recomendable dejarle a su aire. Él decidirá qué hacer. Lo podrá expresar mediante un maullido u otro movimiento.
- Si tiene el rabo entre las patas traseras conlleva miedo y sumisión. En este punto sería recomendable llevarlo al veterinario porque puede haber alguna enfermedad asociada. No es lo normal.
- Si vemos que su cola está alineado con su columna vertebral y recta puede significar que esté investigando y curioseando con cautela de algo "nuevo" para él o de algún objeto que no está donde tenía que estar (recordad que son animales muy ordenados y no le gustan los cambios bruscos). En este punto es imprescindible no asustarles y dejarles solos.
A grandes rasgos, estos son los principales movimientos gatunos de sus colas. Las mueven voluntariamente y sirven, además de mantener el equilibrio, para expresar emociones. Así que ya sabéis en qué momento podréis acercaros al "michi" y en cuál es mejor dejarles solos.
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